CHAMUYOS AMATEURS PARA LEVANTARSE TORTAS PROFESIONALES.
Hoy: LA PSICOLOGA.

1. “No me digas que sos psicóloga! ...Uhh, me voy a tener que cuidar, no sea cosa que me leas la mente, jejeje…”.
Uy, adivinaste mis intenciones! porque con solo mirarte ya sé cuántas ex tenés, a cuantas seguís viendo a escondidas de tu novia, como fue tu adolescencia, el tamaño de las tetas de tu maestra jardinera y la revista Maxim que tenés escondida en el ropero.

2. “Yo no creo mucho en los psicólogos, la verdad...Me analicé 3 años pero nunca pude cerrar mi historia con Ceci”.
Sabés que tenés razón?, la verdad que yo no creo tampoco…; sólo creo en Dios y en la Virgen...y hasta ahí, porque también hay cosas que no me han cumplido.

3. “No sabés lo que soñé anoche! Me corría un toro en celo mientras mi ex paseaba en globo mirándome desde arriba y haciéndome señas de que de frente venía un camión de Cliba...¿me decís que significa?”.
Lamento cortarte el mambo, porque sé que estás esperando que te diga que significa que la yegua de tu ex desea que te coja el toro y te aplaste el camión y después te junte como a la basura que sos, mientras vos resucitás y salís triunfante y te ganás la Lotería Solidaria…pero no: los sueños son retazos de información pasada o presente, situaciones vividas, sentidas, vistas u oídas, que uno va colocando como en un colage.

4. “Y tenés uno de esos divanes mullidos como el de Gran Hermano para tus pacientes...?”.
No, negra, ni en tu peor trauma infantil te cedería el mejor sillón para que te sientes a contarme tus eternos intentos de olvidar a Pauli, mientras yo me retuerzo incómoda en una sillita de mierda, pero de estilo, para decorar mi paquete consultorio.

5. “Cosa que me gusta mal es hacer test; el otro día me hice uno y me dio que tengo un coeficiente de 85 y que me inclino más a los alfajores Jorgito que a los Cachafaz, ¿soy normal?”.
Me encantan los test a mí también, sobre todo los de la Cosmo, que me ahorran el trabajo de tener que decirte mis propias conclusiones en forma oral. Ah, y por cierto, es cociente, no coeficiente.

6. “Parece mentira que seas psicóloga...”.
A mí también me parece mentira que mi ginecólogo sea gay (con las oportunidades que tiene al alcance de las dos manos), me parece mentira que un cirujano tenga parkinson, que halla monjas que no son castas, trabajadoras sociales que se cagan en los “negros” y abogados que se inventan tasas de justicia inexistentes. Lamento no ser portavoz de una sanidad completa, de una paz interior absoluta, de palabras justas y certeras en el momento oportuno; pero sobre todo, lamento no tener paciencia para escuchar cada pelotudez fácilmente resoluble de todo el mundo por ser psicóloga.

7- “Qué suerte que tiene tu novia...tener alguien que la escuche, que la ayude y que la oriente en sus decisiones...”.
No, la suerte la tengo yo, que tengo una novia que tiene amor propio, una estima que explota como el Challenger, que odia a los psicólogos y, sobre todo, que respeta mis días de franco.

8- “¿Se puede “dividir” digamos...? ¿O vos si ves una chica linda te gusta lo mismo?".
Sí, obvio, me caliento lo mismo! Sobre todo porque no atiendo lesbianas y las mujeres que caen a la consulta son, obviamente, atractivas. Es re divertido imaginártela desnuda, mientras hacés proezas con los mofletes para atajar el bostezo que te viene, mientras pensás cómo ayudarla…a pensar en vos cuando se vaya.

9- Decime…¿me aceptarías un café...?.
(¡Gracias a Dios! Pensé que nunca iba a decirlo, lisa y llanamente, sin dar tantos rodeos. Tendré que sugerirle consultar con una psicóloga para tratar sus especulaciones y chamuyos de torta ladri...?)